La hemodiálisis es un tratamiento vital para pacientes con insuficiencia renal crónica, ya que suple parcialmente las funciones renales al filtrar la sangre. Para llevar a cabo este proceso, es crucial disponer de un acceso vascular adecuado, que permita la conexión del paciente al sistema de hemodiálisis. En Angioven, somos especialistas en la creación y mantenimiento de estos accesos vasculares, asegurando un tratamiento eficiente y seguro para nuestros pacientes en Málaga y Marbella.
Un acceso vascular es un punto de entrada al torrente sanguíneo, necesario para que la sangre pueda ser filtrada durante la hemodiálisis. Existen diferentes tipos de accesos, y la elección del adecuado depende de factores como el estado de las venas del paciente y la urgencia del tratamiento.
Este es el acceso vascular más recomendado debido a su durabilidad y seguridad. Consiste en la conexión de una arteria a una vena en el brazo, lo que permite un flujo sanguíneo adecuado para la hemodiálisis. A pesar de ser la opción preferida, puede requerir varias semanas para madurar antes de poder utilizarse.
Cuando no es posible crear una FAVI, se recurre a injertos sintéticos. Estos permiten una conexión rápida y segura, aunque tienen una mayor tasa de complicaciones y menor durabilidad a largo plazo.
Utilizados en situaciones de emergencia o cuando no es posible realizar un acceso permanente, los catéteres venosos ofrecen una solución temporal. Sin embargo, su uso prolongado puede aumentar el riesgo de infecciones y complicaciones.
El acceso vascular es esencial para garantizar un tratamiento de hemodiálisis eficaz. Un buen acceso debe proporcionar un flujo constante y suficiente de sangre para optimizar el tratamiento, además de minimizar complicaciones y permitir un uso prolongado.
Las complicaciones más comunes incluyen infecciones, trombosis y estenosis venosa. Estos problemas pueden interferir en el tratamiento de hemodiálisis y, en algunos casos, requerir intervenciones quirúrgicas o endovasculares.
En Angioven, nos enfocamos en el mantenimiento y cuidado de los accesos vasculares para prevenir complicaciones como infecciones o obstrucciones del flujo sanguíneo, manteniendo la funcionalidad a largo plazo.
Antes de realizar un acceso vascular, llevamos a cabo una evaluación exhaustiva del paciente que incluye la historia clínica, examen físico y pruebas de imagen (como ecografías Doppler o flebografías) para asegurar que el acceso seleccionado sea el más adecuado.
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